Desde adolescente tuve problemas con el sistema educativo convencional. Siempre fui bastante inadaptado, lo admito. De grande empecé a entender que yo no estaba tan equivocado. Muchas cosas que cuestionó mi generación, hoy se caen de maduro. Bueno, la cuestión es que lo que pudo atrapar mi atención fue la música, y nunca pensé que seria mi profesión. Primero fui a tomar clases con un profe municipal, que me enseñaba con muy buena técnica, pero no pudo con mi aburrimiento. Después, mi vieja me recomendó al hijo de una pareja amiga. Más joven y rockero, justito lo que necesitaba en aquellos años de rebeldía juvenil! Él fue al grano. Me preguntó que música escuchaba, para que lado quería ir, y encima me convidaba con espectaculares discos de vinilo (que mis oídos nunca olvidarán).
Pocos meses después empecé a trabajar y con ayuda de la
familia logre comprar mi primera guitarra eléctrica. Fue impresionante como
logro entusiasmarme aquel informal profe, joven y rockero.
Ahora, ustedes se preguntarán ¿QUE TENDRÁ QUE VER PAULO
FREIRE CON ESTA HISTORIA? Y yo les contesto ¡MUCHO!
Actualmente estoy dedicado por completo a la enseñanza
musical en la guitarra, y FREIRE vino gracias a mi necesidad de aprender sobre
pedagogía. Algo que no pude estudiar en los niveles institucionales. Asique le
pregunté a la bibliotecaria de la biblio en la que doy un taller de iniciación
musical en guitarra, y me recomendó CARTAS A QUIEN PRETENDE ENSEÑAR. Me cazó la
onda.
Me prestó el libro y me devoré unas cuantas cartas ahí mismo
(ya que habían faltado los estudiantes de ese horario y tuve un rato libre),
después me lo llevé y en unos cuantos días lo terminé.
Había leído algunas frases y textos cortos de FREIRE, y me
gustaba. Después me contó mi viejo que PAULO había estado perseguido en la
época de la dictadura brasilera, acusado de comunista y esas cosas. Más me
gustó!
Es interesante leerlo. Toca cuestiones especificas, pero con
lenguaje sencillo y práctico. Me ayudó a separar el acto de enseñar de otras
cuestiones. L@s maestros no son ti@s. No podemos cambiar sus vidas, pero si
ayudar a cambiar su forma de pararse ante ella.
También me dio ánimo para seguir capacitándome, aunque sea
de forma autodidacta. Es algo fundamental aprender el lenguaje específico para
poder comprender los textos y no sentirnos limitados. Siempre con el
diccionario a mano.
Por supuesto que algunas cosas no me quedaron del todo
claras. Supongo que tendré que volver a releerlo dentro de un tiempo.
Lo recomiendo, mucho. El próximo será PEDAGOGIA DEL
OPRIMIDO, si Jehová quiere (por supuesto).
No hay comentarios:
Publicar un comentario